Mis textos son mis criaturas. Cierto, a veces tienen defectos, pero las madres también quieren a sus hijos aunque sean feos o tontos. Y es más, si estos hijos zoquetes y ofensivos a la vista consiguen muchas veces el encontrar a una mujer que les ame, ¿Por qué no iban a encontrar mis textos, defectusos como son, a lectores que los aprecien?
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