jueves, 17 de septiembre de 2009

El peso

-¿Qué te pasa, hijo? Te veo deprimido...
-Nada... Solo... Que he vuelto a engordar.
-Bueno, bueno, ya verás, te haré una dieta que...
-¡No sirve de nada! He estado dos años de dieta, he bajado de peso... y lo he vuelto a recuperar.
-Bueno, ¡Si pudiste hacerte bajar de 101 kilos a 90 una vez, podrás volver a hacerlo!
-Y esta vez tendré que estar más tiempo... Que horror.
-¿Más tiempo? ¿Es que pesas más de los 101 kilos que habías llegado a pesar?
-Sí...
-¿Cuanto pesas, hijo? ¿Cuanto?
-He llegado a los 113.
-¡113! ¡Has superado los 110! ¡Qué buena noticia! ¡Papá, ven aquí!
-¿Buena noticia por qué? ¿Por qué llamas a Papá?
-¡Más de 110 kilos! ¡Es el peso óptimo! Tú no te muevas.

Y, después de veinte años, Papá pudo usar al fin el cuchillo que había llevado a todas partes desde el nacimiento de su hijo. Bon appetit.

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