lunes, 9 de agosto de 2010

C...¿Comedia?

Estos días, que estoy en casa peleándome conmigo mismo para escribir mi master tesis, he visto algunas películas. Ayer, Parte de Hulk (la segunda, la de Marvel Studios). Anteayer creo, La Masa Devoradora. El anterior, Monstruos contra alienígenas...
Ha sido en este contexto que me he topado, también, con dos películas que me ha sorprendido comprobar que eran comedias. Por un lado, Gordos. Por el otro, Escuela de pringados.




La primera, dirigida por Daniel Sánchez Arévalo, se supone que es una comedia trágica. Amigos, debo admitirlo. Cuando la puse, haría unos minutos que había empezado. Y no pude acabar de verla, me perdí los últimos diez minutos o así cuando me llamaron mis padres preocupados por si me había cogido el tifus de estar yo solo en casa. Esa debe ser la razón de que me perdiera la comedia: me imagino que está condensada en esos últimos diez minutos.
Es decir, sé que el material de las comedias puede sonar muy poco gracioso si se explica tal cual, que lo importante es la ejecución... al fin y al cabo, me he carcajeado mil veces con El sentido de la vida y, contado así en frío, todo viene a ser entre idiota y grotesco. (Y he ido a buscar un ejemplo de humor oscuro, con lo cual quizás se podría decir que hago trampas)
Pero en la ejecución de Gordos no hay nada gracioso en la historia de un gay emplumado que lo ha perdido todo porque ha engordado grotescamente (y, SPOILER, deja en coma a su socio para, a continuación, acabar teniendo una relación con su mujer, cosa que le repugna tanto (es gay, al fin y al cabo) que acaba adelgazando a base de vomitar compulsivamente).
Tampoco en la de una puritana a la que la coraza religiosa le queda pequeña y que sufre como una condenada bajo el yugo de su prometido-monaguillo-maltratador psicológico. Ni en el de una mujer que SPOILER encuentra en un sobrepeso que odia la única forma de liberarse de las ataduras de su vida.
Ni en la de la adolescente a la que le hacen bullying y come para consolarse, ni en la de su hermano, SPOILERS ejecutor principal del bulling, que la maltrata porque se siente acomplejado por ser tonto, ni en la del "psicólogo anti gordura" que no puede seguir mirando a su mujer porque al quedar embarazada ha engordado.

La ejecución de nada de esto es divertida. Lo cual no significa que sea mala, ¿Eh? Tiene el patetismo que se puede encontrar en la base de mucha comedia, pero hace con él algo muy distinto. Una especie de retrato, de perfil psicológico, en el que descubrimos los motivos por el que los personajes están gordos (o, en algún caso, tienen otros comportamientos problemáticos) con la mirada del cínico que no lo es en realidad, la de la persona decepcionada con la vida.

Cierto que, claro, quizás sí tiene algo de gracia y yo no se la veo porque he sido gordo toda la vida. Quizás me siento identificado con las situaciones, los motivos, los sufrimientos y los comportamientos de los personajes y me quedo entonces solo con el retrato, muy interesante, de la gordura como síntoma vital.

Pero no sé yo... en el IMDB la crítica de usuario que leí al mirar la página coincidía en parte conmigo: evitad esta comedia porque no da risa. Aunque, claro, yo no la he considerado una comedia hasta que no me han dicho que lo era... y no recomendaré que se evite la película, siempre que se vea con un chip distinto al humorístico.



La otra es Escuela de Pringados. Lo admito. Al ponerla, he pensado que era una TV movie, y sólo la he dejado porque he visto un aula llena de pringados entre los cuales el actor que interpreta a Sheldon Cooper.
Pero pronto me he quedado para ver qué argumentos usaba la película, dispuesto a saltarle encima como un león hambriento si los métodos de macho mentiroso funcionaban o a decir que, bah, Hitch ya había dicho que esos métodos de macho mentiroso no funcionaban. No, no había pensado darle posibilidades... pero, lentamente, me ha atrapado. El protagonista, pringado enamorado, me ha hecho pensar en mi mismo. Había actores de nivel. La cosa, que prometía ser un festival de frustración de los que sufro cuando veo una película en que un protagonista más o menos inocente se ve envuelto en terribles cadenas de malentendidos, pero no llegaba a arrancar del todo por esa vía. El SPOILERS duelo entre el profesor y el alumno me ha interesado.
Pero es una película mal escrita. Abre puertas que no cierra. Juega a un crescendo que no sabe aguantar bien. Tiene un final que no cumple con nada de lo que haría falta (no puedes hacer que SPOILERS un personaje le arruine la vida al otro con saña, esté a punto de matarle por ser más listo que él y que al final todo quede en un calambrazo en los testículos y que la mujer, a la que ni siquiera vemos en pantalla, le deje)
Y, sobre todo, no hace ni p...nguna gracia. Entiendo el mecanismo de los chistes, pero no me hacen gracia. El negro enorme lleva una peluca. Divertido. El veterano de guerra traumatizado tiene muchos gatos. ja. ¿Le echan gelatina al viejo enfermo por la cara? Brillante. Oh, ¿El negro enorme se dedica a violar a los alumnos del curso para pringados? Diversión a raudales.

De nuevo, quizás el tema me toca demasiado de cerca como para que me haga gracia... pero, al ver la información sobre la película, he descubierto que el director es Todd Philips, el mismo que el de Resacón en las vegas, que tampoco me hizo ni p...siquiera sonreír aunque entendía el mecanismo detrás de los chistes. Quizás sí que esta película es graciosa y el estilo de este hombre simplemente no me hace gracia, pero, la verdad, me ha dejado más que nada con mal sabor de boca por el final pésimamente anticlímatico. Aunque rectifico una de las frases del principio. Esta no me ha sorpendido que fuese una comedia, de hecho he visto los engranajes de comedia intentando funcionar bajo su superficie... Pero, obviando el final, me ha parecido más interesante como simple comentario sobre dos tipos de hombre (el pringado sin energías ni masculinidad y el macho cabrón) y sobre su falta de funcionalidad a la larga...
Y no me ha hecho reir ni una sola vez, de hecho, la he visto casi como si se tratase de una película de suspense.

De los cinco minutos de Fuga de cerebros que vi ayer mejor ni hablamos.

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