miércoles, 28 de octubre de 2009

¡Por fin!

Mi amor extremo por la comida me impidió volverme anoréxico.
Nadie me ha dado la oportunidad de provocar un embarazo no deseado o de infectarme con Sida.
Parece ser que no me vi afectado por todo el asunto de las "vacas locas".
Mi completa falta de trato con el sector plumífero de la sociedad me salvó de la gripe aviar...

...¡Creo que ya era hora de que cogiese alguna enfermedad mediática!

Gracias, gripe A.

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